La influencia demoníaca es ejecutada por los demonios, desde afuera de la persona, utilizando los sentidos (vista, olfato, gusto, oído y tacto), e influenciando la mente. Es una guerra por sugerencia y tentación, que va hasta el libre albedrío de la persona (libertad individual que requiere elección), porque no puede someter su voluntad.
Leemos en Deuteronomio 18:10-13, que las diversas prácticas allí nombradas obedecen a influencias del mal.
1- Adivinación: uso de poderes espirituales del mal, para conocer el futuro, a través de los astros, el agua, el tabaco, arena, el huevo, etc.
2- Agorero: es la práctica adivinatoria supersticiosa de un acontecimiento, con enfoque en la mala y buena suerte, presagian males y desgracias, o buenas cosas si utiliza esta cosa, como la penca de sábila a la entrada de un lugar, que si pasa por debajo de una escalera, que si ve una mariposa grande negra, que si se le atraviesa un gato, etc.
3- Sortílego: es la práctica a través de artes mágicas, busca interpretar signos antes de un acontecimiento, como la lectura de la línea de la mano, la lectura de cartas, etc.
4- Hechicero: es la práctica del ocultismo y conexiones con el mal.
5- Encantador: el que apela a formulas y conjuros, con la invocación de demonios, la manipulación de las personas.
6- Magos: utilizan el ilusionismo para obtener poderes.
En todas estas prácticas se acude a espíritus, que nada tienen que ver con el ESPÍRITU SANTO DE VERDAD.
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