Resaltamos los versículos:
3:1 Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo?
3:2 Vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis su piel y su carne de sobre los huesos;
3:3 que coméis asimismo la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el caldero, y como carnes en olla.
3:4 Entonces clamaréis a DIOS, y no os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras.
3:5 Así ha dicho DIOS acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les da de comer, proclaman guerra contra él:
3:11 Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se apoyan en DIOS, diciendo: ¿No está DIOS entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. AMÉN.
ESTUDIEMOS EL TEXTO:
El profeta Miqueas habla a regidores civiles, sacerdotes y profetas que aborrecen lo bueno y aman lo malo, que conducen a las personas haciéndolas errar, que oprimen para sus ganancias, y con todas sus actitudes hacen que los hijos de DIOS se alejen de ÉL, pero llegará el momento en que la lealtad y la paz serán restauradas.
La intención del sacerdote es vender PAZ, exigen dinero y prometen daño si no se les da. Miqueas no reta el derecho de los profetas, lo que hace es que confronta a los profetas falsos que amoldan su profecía según el dinero que reciben, es más, exigen una suma determinada para que la profecía se cumpla.
Miqueas no dice que estos profetas no son profetas, él no cuestiona el don, sino que está mostrando el mal uso que hacen del don, estos profetas habiendo disfrutado de visión y revelación, se desviaron para volverlo lucro; pero DIOS por su mal proceder hará que encuentren sus ojos espirituales cegados por el sol, con una existencia triste y con dificultades, quedan avergonzados y desgraciados, han abusado del don, han utilizado el poder que tienen para imponer sobre los demás, el poder usado para tiranizar, buscan que se haga su voluntad sobre la de los demás.
Cerrar sus labios se refiere a lamentación y aflicción, también se refiere a que no tienen nada que decir, sus profecías se vuelven vanas palabrerías, conjeturas de adivinación por lo que sus sentidos naturales le muestran, y por eso Miqueas establece una diferencia con su profecía que si proviene de DIOS, con la fuerza del SEÑOR crece su don.
La palabra de juicio del profeta implica llevar a las personas a una comunión correcta con DIOS, para que ésta relación correcta de el fruto de una vida justa, una persona guiada por DIOS no tendrá temor de decir lo que sea necesario y de hacer lo necesario para avanzar.
Las autoridades civiles, los sacerdotes y los profetas se sienten seguros por dirigir, pero como se han convertido en malos administradores de lo que se les ha entregado, por eso pueden tener sus bolsillos llenos de dinero pero como se han desviado, su FE los confundirá y les será por angustia y desespero.
En la actualidad el llamado es a todos aquellos que se han olvidado del verdadero servicio en el señor y se han vuelto mercaderes del evangelio, tiranos y opresores del pueblo, olvidándose que deben enseñar y conducir al pueblo hacia la verdad revelada por Dios.
¡Padre ayúdanos a servirte como corresponde, agradándote en todo y siendo servidores aprobados para guiar tu pueblo! Amén
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