Resaltamos los Versículos:
3:17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.
3:18 Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
3:19 Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma.
3:20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
3:21 Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
3:26 Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar, y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque son casa rebelde.
3:27 Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré tu boca, y les dirás: Así ha dicho el SEÑOR: El que oye, oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son. AMÉN.
LA AMONESTACIÓN, Es advertir, prevenir, avisar a alguien de algo.
Todos estamos llamados a amonestar a la persona que sepamos que anda en camino de mal, porque si no lo hacemos, DIOS nos demandará por no corregirla, porque en ocasiones las personas están desapercibidas de sus malos procederes, o su corazón se ha endurecido para discernir (saber diferenciar) entre el bien y el mal y nosotros debemos llevarlos a la decisión del cambio, para que anden en rectitud, para provecho de ellos y para librar nuestra alma de culpabilidad por saber hacer lo bueno y no hacerlo.
Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, su justicia que había hecho queda en el pasado y nosotros debemos amonestarlo, porque si muere en su maldad por no haberle amonestado, DIOS demandará esa alma a nosotros.
Hay personas que manejan rebeldía en su corazón y les cuesta obedecer la instrucción y andar en rectitud, pero DIOS nos llama a amonestarlos porque así ellos no quieran cambiar, nosotros estamos llamados a que ya conozcan lo que piensa DIOS de lo que hacen.
Debe quedarnos claro, que la Palabra de DIOS no es para contender con el débil en la fé, sino para edificar fue establecida por EL PADRE, por tanto, si una persona endurece su corazón al consejo, no contiendas, ni te esfuerces en convencerla, deja sembrada la palabra y que sea EL ESPÍRITU SANTO dando certeza de ella.
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